LUIS MARAVER Y ALFARO

D. Luis Maraver y Alfaro

«Fray Liberto»

Fundador y Propietario de 

«EL CENCERRO»

Dr. en Medicina, Historiador, Docente, Escritor, Poeta y Arqueólogo

★Fuente Ovejuna (Córdoba), 17 Octubre de 1814

★Madrid, 25 Febrero de 1886

y

D. ª Concepción López de Haro de Maraver

★Vélez (Málaga), 1824

★Madrid, 16 de Octubre de 1901

Sepultura de Luis Maraver y Alfaro y Concepción López de Haro Muñoz.
Cementerio Civil de Madrid. Foto: JavierJara2023

~Necrológicas del Civil~

Por: Javier Jara 2023

~D. Luis Maraver y Alfaro~

1814~1886

«Supo coger un cencerro de cobre, mohoso y grosero, y, a fuerza de agitarlo con maña, logró hacerlo de oro macizo, oro buscado, ganado y labrado por él»

PERIÓDICO SATÍRICO, POLÍTICO Y BURLESCO, QUE PASA DE CASTAÑO-OBSCURO

La biografía de Maraver es practicamente la historia de El Cencerro, y entre el periódico y el periodista existió siempre una enorme diferencia.

Maraver ejercía en Córdoba —donde nació en 1814— la profesión de doctor en medicina hemeópata y cirujano, destacándose por su crédito e inteligencia. Al mismo tiempo, debido a su naturaleza esencialmente laboriosa, dedicábase a las bellas letras con éxito y reconocimiento, y a la enseñanza de la literatura en el Instituto provincial.

Ocurriósele un día que, para difundir las ideas democráticas, que eran las suyas, no había nada mejor que un papel impreso esencialmente popular que fuera el órgano de la highlife de las plazuelas, La Ilustración Española y Americana de los cocheros de punto, el Archivo Diplomático de las cocineras y mozos de esquina.

Como lo concibió, lo llevó a cabo y surgió, en Córdoba, el primer número de El Cencerro, que presentaba entre sus páginas al sacristán procaz e irreligioso, al fraile Liberto, un individuo glotón, murmurador y alegre; al gitano Tío Conejo, armado de enormes tijeras, y a todos los demás excepcionales y gortescos personajes que conformaban la familia de El Cencerro.

A los pocos meses de su lanzamiento, se propagó tanto que su renombre —y sus ventas, lo más importante—, se había extendido por toda Andalucía.

CABECERA DE «EL CENCERRO» 
De izda. a dcha. El acompañante de Tío Conejo, el Sacristán, el gitano Tío Conejo y Fray Liberto.
Fuente: Biblioteca digital Memoriademadrid.es

Poco después, acaeció la revolución de septiembre y esto tuvo grandes repercusiones en los bienes de Maraver. Buscando mejorar su suerte, se trasladó a Madrid junto a su muy querida esposa, Doña Concepción López de Haro Muñoz, y sus hijos. Se establecieron en una modesta vivienda en la calle Pelayo, pero pronto se mudaron a la principal de un antiguo caserón en la Corredera baja de San Pablo.

Maraver redactaba el texto y bosquejaba los personajes, contando con la colaboración de uno de sus yernos que le prestaba asistencia en las tareas literarias. Por su parte, las siete hijas y dos hijos y otros yernos y yernas, se encargaban de plegar los números, preparar los paquetes, llevarlos al correo y desempeñar todas las labores mecánicas relacionadas con el periódico. De esta manera, cada lunes salía a la venta El Cencerro, que resonaba ya en las calles no como un mero cascabel, sino como la campana mayor de la torre. ¡A los tres meses de iniciar su publicación en Madrid, la tirada alcanzaba los cien mil ejemplares!, el doble de la tirada de La Correspondencia.

Todos los lunes, así en invierno como en verano, con Monarquía o con República, en paz o en guerra; a primeras horas de la mañana, en los barrios populares y mercados grandes y chicos, se podía ver a los repartidores de El Cencerro, un periódico escrito y dibujado con arreglo a los lectores; esto era, en lenguaje y con figuras ordinarias, chabacanas y vulgarísimas.

Nadie decía conocer El Cencerro, nadie era susciptor del mismo, pero ese pliego de ocho páginas de papel grosero y de frase burda, esa Cenicienta de la prensa cortesana, alcanzó mayor lectura que ninguno de los periódicos que había en la época, llegando a alcanzar, en tiempo de la República, los trescientos mil ejemplares. ¡Seis veces más que El Imparcial de Madrid, cinco veces más que Le Fígaro de París, tres veces más que The Times de Londres!...

Como la imprenta que empleaba Maraver no tenía mecanismo para lanzar las 300.000 hojas de una tirada, el mismo lunes en que aparecía un número de El Cencerro, empezaba la impresión y tirada del que habría de aparecer el lunes siguiente.

Con estos antecedentes, en pocos años el antigüo médico de Córdoba se hizo con un magnífico caudal. El espaciosísimo salón de la corredera baja era, a un tiempo, taller de plegar y empaquetar, despacho, cuarto de recibir, allí se consagraba la familia, se discutian temas, se emborronaban cuartillas, se reformaban los chistes... se hacía, en fin, un periódico.

Maraver perdió una buena parte de lo que ganara con El Cencerro en negocios varios, pero lo ganado era tanto y tanta seguía siendo la renta que procuraba el periódico, que Maraver murió el 25 de febrero de 1886, con la honda satisfación de dejar a su familia en posición holgadísima.

Luis Maraver y Alfaro.
«Para el auténtico Fray Liberto, con todo el afecto y cariño de V. Ibañez»
Caricatura de V. Ibañez. EL CENCERRO. (01/08/1931)
Fuente: Biblioteca digital Memoriademadrid.es

D. Luis Maraver y Alfaro fue enterrado el viernes día 26 de febrero de 1886 a las 10 de la mañana en el cementerio civil de la necrópolis del Este de Madrid.

Su mausoleo, un gran obelisco, adornado con una corona de laurel y una pluma, como símbolo del librepensamiento, nos dá la bienvenida al cementerio.

Quince años después, su viuda, D.ª Concepción López de Haro Muñoz, sería enterrada junto a él en su misma sepultura. Sus hijos e hijas, les acompañan en sepulturas colindantes a la suya.

Y nada más, lector amigo.

A la memoría de este valeroso y fuerte soldado de la prensa que, 

quizá, fuese el primer periodísta español de la época que murió rico.

D.E.P.

—Javier Jara—

Detalle epitafio de la sepultura de Luis Maraver y Alfaro.
Cementerio Civil de Madrid. Foto: ©JavierJara 2023

PORTADA DE EL CENCERRO
—Prepera unas cuantas calderas para los republicanos españoles.
—¡ Imposible, señor ! Están todas ocupadas por los monárquicos.
Fuente: Biblioteca digital Memoriademadrid.es

Fuentes consultadas:

Biblioteca digital Memoriademadrid.es

Real Academia de Historia (Historia Hispánica)