ANTONIO RODRÍGUEZ Y GARCÍA-VAO

Antonio Rodríguez y García-Vao

~ Filósofo, Abogado, Periodista, Escritor y Poeta ~
★ Manzanares (Ciudad Real), 24 de Marzo de 1863 ★ Madrid, 19 de Diciembre de 1886
Localización:
Pasillo Central. 1º Mausoleo Derecha
~NECROLÓGICAS DEL CIVIL~
Por: Javier Jara. 2023.

Mausoleo de Antonio Rodríguez y García-Vao - Cementerio Civil - Necrópolis del Este -
Fotografía: Javier Jara

~Biografía~
arcía-Vao nació en Manzanares en el año 1862 en el seno de una familia con escasos recursos económicos. En los primeros años de su vida trasladóse a Madrid y a los once años de edad pensó en dedicarse al estudio.
En Madrid tenía dos tíos, uno de ellos distinguido miembro del cuerpo de la Administración Militar, y el otro un digno empleado, que fue para él un verdadero padre, lleno de grandes deseos y animado de grandes cariños, alentaron a García-Vao y le decidieron a intentar la realización de su propósito.
Ingresó en el Instituto del Cardenal Cisneros, y allí se pusieron de manifiesto las cualidades salientes de nuestro amigo. Fué un discípulo notable; alcanzó muchos premios y sus trabajos acerca de la lengua latina lograron, entre otros varios, que al citado Instituto se le concediera un premio en la Exposición Universal de París.
Ya bachiller, decidiose por el estudio de la carrera de Filosofía y Letras, a la que siempre fué muy aficionado, y mas tarde emprendió el del Derecho, para el que tenía grandes aptitudesContinuó en la Universidad las honrosas tradiciones del instituto; aquella inteligencia, con los nuevos alimentos, comenzó a desarrollar su grandeza y a mostrar las enormes proporciones que siempre tuvo.
Enemigo de esos estudiantes para quienes la Universidad es centro de jolgorios; ansioso de ser útil a la necesitada familia de que procedía, entregose por completo a las tareas escolares, doctorándose en Filosofía y licenciándose en Derecho con hojas de estudio brillantísimas.
Comenzó a ejercer la primera de sus profesiones en colegios particulares, pero su ambición, nobilísima por cierto, era la de ingresar como catedrático de Universidad, para cuyo efecto se habría entregado al estudio de la literatura española, como en preparación de algunas oposiciones. (Nota: Días antes de su muerte le habían concedido la plaza de ayudante de cátreda en la Universidad General de Filosofía y Letras.)
Deseando al propio tiempo ejercer la abogacía, se puso a las órdenes del ilustrado hombre público Sr. Pedregal, por quien tenía admiración y respeto, y a quien siempre pensó en considerar como maestro digno de imitación.
Otra personalidad notable, la del Sr. Morayta, era por Gracía-Vao muy considerada, y el digno catedrático, por su parte, animaba a nuestro malogrado amigo para continuar el camino de glorias emprendido.
Aún siendo tan joven, García-Vao deja muchos testimonios escritos de su talento en distintos periódicos de provincias, y más tarde, al fundarse en Madrid un periódico ilustrado que tuvo por título El Criterio Científico, el nombre de García-Vao figuró entre los de la redacción.
Más tarde se encargó de la dirección del semanario de artes La Escena, y por último, al aparecer en el estadio de la prensa Las Dominicales del Libre Pensamiento, en cuerpo y alma se puso al lado de los Sres. Chíes y Demófilo para ayudarles en su gigantesca obra. También estampó su firma en diversos artículos publicados en El Globo, El Libre Cambista, El Comercio Ibérico, El Tributo de la Coruña...
No limitaba sus tareas al periódico. Poeta por afición y por naturaleza, desde que estudió retórica comenzó a hacer versos. El castillo de Manzanares, Ecos de un pensamiento libre, El amor y los frailes (sátira contra los representantes de ciertas ideas)... Hacía versos, no guiados por la sonoridad, sino por el afán de cantar lo grande y ridiculizar lo pequeño, que lucha en vano por conquistar el mundo.
Elogiar a un escritor, cuando sus obras son el mejor elogio, es tarea improductiva. 
Entusiasta defensor de lo moderno, republicano de corazón, entusiasta de Castelar y acérrimo amigo del Librepensamiento.
Del hombre nada que decir. Era tan intachable su conducta, tan morigerado en sus costumbres, tan formal, que los amigos íntimos le llamaban el viejo. Nunca, ni por lo más remoto, dejo de ser escrupuloso en su moralidad.


~La Muerte de Antonio Rodríguez y García Vao~
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A  primeras horas de la noche, el joven García-Vao con tan sólo veintitrés años de edad, acababa de dar unas de las lecciones que, como profesor de letras, explicaba en un colegio de segunda enseñanza, situado en la Glorieta de Bilbao, y dirigíase a su domicilio, muy próximo, en el número 7 del paseo de Luchana. Dió algunos pasos embozado en su capa y sintió de pronto en su espalda un golpe violento, que le arrancó un grito de dolor. Tuvo, sin embargo, fuerzas para llegar hasta el portal de su casa, y al llegar cayó al sueño bañado de sangre y diciendo:
—¡Me han matado!
En el lugar de la ocurrencia se decía que el asesino era un hombre vestido con blusa blanca y gorra que echó a correr por entre los árboles, doblo la esquina de la calle de Fuencarral y se internó por la de Hasrzenbusch, donde le perdió de vista un guardia municipal, que dicen pasaba por allí y acudió a los gritos.
El arma con que el desconocido consumó el crimen era una faca marinera de grandes dimensiones, que encontraron en el suelo unas mujeres y la entregaron a la autoridad. Esta se personó en el sitio de la ocurrencia, deteniendo en los primeros momentos a un joven, puesto después en libertad, según parece, por no haber encontrado el Sr. juez de guardia motivos para la detención.
Recogido García-Vao por los vecinos y algunos transeúntes, y llevado hasta su habitación, el médico de la Casa de Socorro del distrito del Hospicio reconoció que era una herida en la parte posterior e inferior del torax muy penetrante, y de la que afluía sangre con mucha abundancia. Se le curó la lesión, y poco después comenzaron a repartirse las hemorragias, decayeron mucho sus fuerzas, y después de un acceso violento de fatiga, García-Vao murió hacia la media noche.

García-Vao, de carácter tímido, afable, honrado y muy severo, no podía tener enemigos y la opinión creyó que su muerte correspondía a una venganza clerical, por haber escrito algunos artículos en los periódicos librepensadores y hallarse en aquellos días muy encrespada la guerra contra Las Dominicales. 
Fue un miembro destacado de la masonería española, lo que le supuso también la animadversión de los ambientes conservadores y católicos.
Nunca se pudo esclarecer de quién fue la mano traidora que acabó con la vida de Antonio.

~El entierro de Antonio Rodríguez y García Vao~
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A compañaron al cortejo fúnebre hasta el cementerio una masa compacta de más de tres mil personas, en su inmensa mayoría conocidos por sus opiniones republicanas y librepensadoras, y una numerosas representación de la prensa de todos los matices, a cuya cabeza marchaban: 
E
n representación de la familia, el Sr. Don Martín García-Vao, tío de Antonio; Nicolás Salmerón, Pedregal y Azcárate, diputados, a los cuales se cedió espontáneamente por la concurrencia la presidencia del duelo.

Del carro fúnebre pendían cuatro coronas: Una de D. Pedro y D. José Gabastón; otra de la familia de Francos, otra de Doña Evarista de los Alvítos y otra de la redacción de Las Dominicales.
Ya en el cementerio civil, a pié de sepultura, Chíes y Francos Rodríguez, en nombre de Las Dominicales; y Acebedo, en nombre de la masonería pronunciaron sentidas palabras y los Sres. Juan Maillo¹ y Rentero leyeron poesías en honor del finado, interrumpidas por aclamaciones de la multitud.
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«Cavad, sepultureros, su fosa, ahondad en las entrañas de la madre tierra hasta llegar a ese centro incandescente donde un mar de fuego arroja sin cesar oleadas flameantes que golpean enfurecidas contra la corteza que las ciñe y oprime; meted dentro el cadáver; arrojad después espuertas de tierra sin descanso; llamad en vuestro auxilio a los titanes y colocad sobre la tumba al Guadarrama y sobre él el Himalaya hasta formar un montículo cuyas crestas, atravesando el cielo azulado, se pierdan en el eterno. 
Adiós, amigo del alma; tu cuerpo queda allí enterrado bajo el polvo, tu memoria que flota ya por el cielo ideal de la patria envuelta en la doble aureola de la juventud y el martirio, tu memoria la llevamos todos aquí en el corazón.» —DEMÓFILO— Las Dominicales del Libre Pensamiento. 21/12/1886. (BNE).
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¹Ante la tumba
de mi inolvidable amigo el inspirado poeta y consecuente demócrata Antonio García-Vao.

SONETO
Con tanta indignación como amargura
del labio la protesta rebosando,
tu lívido semblante contemplando,
que aún escucho tu voz se me figura.
¡Ilusiones de ardor y de ventura
entre sueños de gloria acariciando
y, apenas concebidas, espirando!
¡Todo sombra no más, polvo y negrura!...
¡La hiel del alma a borbotón rebosa
este postrar tributo al ofrecerte!...
¡Mártir! ¡Descansa en paz! ¡Si ante tu fosa
deshecho el corazón lágrimas vierte,
la idea no se cubre con la losa
y tomará venganza de tu muerte!

Juan Maillo. —22 de Diciembre, 1886. (BNE).
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A medio día se dio sepultura a Antonio Rodríguez y García-Vao en una temporal de diez años de 3ª clase. Se disolvió después el cortejo fúnebre con señales inequívocas de íntimo y profundo dolor.
Los asistentes no recordaban haber presenciado jamás una manifestación de duelo más general y sentida.
D.E.P.

Mausoleo de Antonio R. García-Vao
Elementos Protegidos en Cementerios Históricos de la Comunidad de Madrid
 ~Nº Catálogo: 60714~

Tipo: Mausoleo. ~ Superficie: (m²): 08,91
Materiales originales: ~ principal: Novelda. ~ Otros elementos: Broce.
Estilo: Neoclásico.

EN PREPARACIÓN










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